Siento no haber podido escribir antes pero se va notando que el cuatrimestre se acaba y tenemos montones de entregas de trabajos en todas las asignaturas así que ando un poco agobiadilla.
En este rato que me he cogido para actualizar el blog me gustaría hablaros de la visita que hicimos la semana pasada al TO PIC, el museo de txontxongilos de Tolosa. Esta visita constaba de dos partes: en la primera dimos una vuelta por el museo y tuvimos la ocasión de ver, además de la exposición permanente de txontxongilos que tienen, una temporal de marionetas de agua típica de Vietnam. He de decir que estos últimos eran realmente curiosos, puede que porque no estamos acostumbrados a verlos navegando por encima del agua.
Además de esta exposición, pudimos ver otras marionetas fuera del museo, al aire libre pero estas, como es de entender, no estaban en tan buen estado como las de dentro. Según leimos en el cartel, ese era el objetivo del autor de las marionetas, ver cómo se iban degradando poco a poco. Me impactaron mucho estas últimas y por eso os quería hablar de ellas puesto que aunque daban un poco de miedo, todo hay que decirlo, sirvió para ver las marionetas desde otro punto de vista, ya que estamos acostumbradas a relacionarlas tan solo con la edad infantil.
Después de esta primera fase nos tocó ir al taller de txontxongilos, y estando estudiando magisterio infantil, y aunque fue muy interesante ver la exposición, ésta fue la parte más divertida de la visita. Nos enseñaron todo tipo de txontxongilos: para un solo dedo, tan grandes que había que ponerlas en movimiento con una grua, algunas muy simples pero que gracias a la profesionalidad del que les daba vida eran tan reales o más que otras mucho más elaboradas…
Y por último nos tocó hacerlas a nosotras. A mí me tocó hacer una que habría la boca y aunque al principio parecía difícil resulto ser más fácil de lo que creíamos. Éste fue el bonito resultado:
Finalmente, me gustaría destacar la originalidad del museo. Desde un principio, una marioneta te explicaba por donde tenías que ir a la vez que las reglas del museo. Una vez que había terminado de hablar las cortinas que separaban una sala de la otra se habrían como por arte de magia y daba la sensación de estar dentro de un cuento. La verdad es que me encantó como estaba ambientado y desde luego, para ir con niños, me parece un lugar muy adecuado. Por lo tanto, os recomiendo a todos los que tengáis la opción de visitarlo que lo hagáís.
Muy pronto tendréis noticia de nuestro quinto escenario, que casualmente está relacionado con esta visita. Estamos trabajando en ello pero como os he dicho al principio... andamos justillas de tiempo!!
Hasta entonces, un abrazo!!
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